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En el capítulo uno ya dejaba claro que las longanizas para atar a los perros las iban a pagar como siempre los deportistas.
Resulta obvio que a no ser que las federaciones separatistas tengan pensado emitir moneda, para que unas reciban más dinero con este sistema, obligatoriamente tiene que haber otras que sean eminentemente donantes. ¿Y entonces cómo puede resultarles interesante este sistema a las federaciones «donantes»? Muy sencillo, esperan recaudar más de las licencias, ese es el objetivo y no otro, que los clubes y los deportistas abandonen la licencia FEDME para sacarse una licencia autonómica que a ellos les deja más dinerito en caja. Así de simple, lo del mantenimiento y la conservación de los refugios es una cortina de humo, un cuento chino para crédulos. Las federaciones autonómicas separatistas lo que quieren es más parné de sus federados para gobernar sus pequeños «Reinos de Taifas».
Nada preocupante mientras haya por el medio declaraciones tan rimbombantes como la siguiente perla que soltaba la junta gestora provisional de la FEMPA:
«Al final se trata de que quien tiene que mantener y mejorar sus refugios obtenga el dinero lógicamente de sus prestaciones y su trabajo. Es un caso claro de justicia distributiva y también de la solidaridad de los montañeros con sus refugios. No es de lógica el que se lleve el dinero quien no posee nada».
Tengo que reconocer que cuando leí esta espléndida declaración de intenciones tuve un momento de epifanía tan profundo que una lágrima asomó a mis mejillas. Leñe, nuestro eterno problema de financiación de los cada vez más mermados clubes de montaña siempre había estado ante nuestros ojos y no habíamos sabido verlo.
» No es de lógica el que se lleve el dinero el que no posee nada».
¿Quién aporta los deportistas a las federaciones?. Pues en su inmensa mayoría los aportan los clubes.
¿Cuál es la principal fuente de ingresos de la las federaciones?. Pues las licencias de los deportistas que aportan los clubes.
Así que raudo y veloz fui corriendo a examinar las cuentas aprobadas a ver cuánto dinero dedica la FEMPA a subvencionar los clubes y a los deportistas en ese ejercicio de justicia distributiva y a la solidaridad entre montañeros que proclama con el pecho henchido de justicia social. ¿El resultado? Pues la justicia distributiva y la solidaridad entre montañeros se resume en 0 € de subvenciones a los clubes asturianos, y 5.150 € para todo el conjunto de los deportistas, un mísero 3% de su superávit.
¿Dónde se realiza entonces la justicia distributiva de la FEMPA?.
Pues se va uno a sus cuentas oficiales y encuentra con que en 2020 los gastos del gabinete jurídico ascendían a 865 €, y que en 2022 después de la vergonzante anulación de su proceso electoral por ser poco democrático y transparente, y tras dos años de parálisis federativa, los gastos de asesoría jurídica sumaban 10.859€. 10.000 lereles de aumento en dos años. Di que sí guapi, de hacer las cosas hacerlas a lo grande, que para algo disparamos con pólvora ajena.
Y también se puede encontrar que con el mismo número de trabajadores, los salarios de personal, -entre los que se incluye una integrante de la actual Junta Gestora Provisional-, en 2020 eran de 47.893€, y ascienden a 63.000€ en 2022. Es decir 15.107€ de subida en dos años para una plantilla de dos trabajadoras. Eso sí es justicia distributiva. Si alguien cree que una subida de salarios de más de un 30% es escandalosa, cuando resulta beneficiada alguien que forma parte de la Junta Gestora Provisional que toma la decisión de subirlos, y que eso no casa precisamente con lo de la justicia distributiva y la solidaridad, que lo compare con las subvenciones que se destinan a los clubes. Eso sí que es un escándalo, ¡¡son el doble!!… Subvenciones a los clubes en 2020 nada, y en 2022 nada de nada, justo el doble.
Cosas de la solidaridad entre estamentos montañeros…
FIN.
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