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En el Ártico canadiense, cinco amigos se aventuran en los fiordos congelados de la isla de Baffin durante la primavera. Altos y colosales, estos ramificados pasillos de roca son el dominio de las focas , los osos polares, y los cazadores locales inuit. Para los esquiadores visitantes, los fiordos no son más que un sueño. En todas direcciones, los gigantescos ascensos se elevan miles de metros por encima del mar de hielo, entre los acantilados marinos más altos del planeta.