
Aunque ya no nos tocaba, hay quienes pertenecemos todavía —de refilón— a una generación que dio sus primeros y torpes pasos de escalada en el monte y en los rocódromos al aire libre que hay en Madrid. Una generación a caballo entre las salidas a la roca y las fugas al roco, en un momento de inflexión en el que empezaban a popularizarse masivamente primero las instalaciones indoor de pago enraizadas en los barrios de la capital —hablo de Madrid porque es el lugar en el que vivo, pero soy consciente de que esta realidad no es totalmente generalizable a otros contextos—, que aún conservaban un cierto e histórico tufillo estético a sótano muy underground; y, después, las grandes instalaciones que conocemos en la actualidad, ubicadas —muchas de ellas— en naves amplias y diáfanas de lugares más periféricos y menos enredados en el entramado vecinal.

Uno de esos rocódromos al aire libre es el del parque de la Cuña Verde de Latina, situado en el distrito homónimo —o sea, el de Latina—. El susodicho parque —cuyos embrionarios orígenes se remontan a 1991— constituye una zona verde alargada que va desde las proximidades de la salida de Metro de la Casa de Campo hasta la calle Caramuel y linda con el parque de la Ermita del Santo, enclave de verbenas y otras formas de desfase castizo. Recientemente, se ha creado un colectivo —llamado Colectivo Ciudadano de Escalada Cuña Verde— para dotar de un estatus más sólido al conjunto de escaladores y escaladoras que llevan encargándose del cuidado de las instalaciones del rocódromo desde hace tiempo, dado el estado de continuado deterioro al que se viene enfrentando el espacio a lo largo de los años. Para saber un poquito más acerca tanto del roco como de sus habitantes, hemos decidido ponernos en contacto con las personas que forman el colectivo. A ver qué nos cuentan…

Nos gustaría que os presentarais para que podamos conoceros. ¿Cómo y cuándo surge el colectivo? ¿Nos podéis contar un poco acerca de la historia del rocódromo también?
El colectivo nació este año de la necesidad de organizar y dar un marco más formal al trabajo que se venía haciendo desde hace mucho tiempo en el rocódromo. Y finalmente, nos animamos a dar el paso gracias al empuje que nos dieron desde la iniciativa El Barrio más Joven.
El rocódromo se hizo en el 2004 y, hasta donde nosotros sabemos, el Ayuntamiento ha realizado algún lavado de cara. Sin embargo, las instalaciones se habían deteriorado mucho en los últimos años y ya desde hace tiempo los/as escaladores/as del barrio nos hemos estado organizando para poder seguir entrenando. De no ser por nuestro trabajo y el de otros que pasaron por aquí, la práctica de la escalada no sería ya posible.
¿Cuál es la relación que os vincula al rocódromo de la Cuña Verde?
La mayoría de nosotros somos escaladores/as de los barrios cercanos al rocódromo. Lo tenemos cerca de casa y lo usamos con cierta frecuencia. Al final, se crea un vínculo con el espacio y con el resto de usuarios/as.
¿Cuál es la relación del rocódromo con el barrio? ¿Qué lugar ocupa en el barrio?
El rocódromo está situado en un parque cerca de los barrios de Lucero, Aluche, Batán y Campamento. También cerca de un carril bici y de una boca de metro, por lo que tiene una buena situación dentro del Distrito Latina. La gente lo conoce y se acerca, en especial, los que empiezan.
Por eso es una pena el estado en que se encuentra, ya que podría ser un gran espacio para promover el deporte en institutos, grupos juveniles, etc. Aún así hemos ido organizando algunas actividades.
En la descripción de vuestro colectivo —que podemos encontrar en vuestra página de Facebook—, afirmáis: “entre otras cosas, hemos conseguido darle un buen lavado de cara al rocódromo, que el foco funcione hasta las 23:00 y que se apruebe un proyecto de rocódromo para el Distrito en la Junta del Ayuntamiento”, ¿en qué consiste ese proyecto que mencionáis al final?
Algunos de nosotros presentamos gracias a los Foros Participativos lo que creemos que debería de ser un rocódromo de cierta calidad dentro del Distrito Latina de Madrid. Una instalación necesaria teniendo en cuenta la demanda que hay en los barrios y la falta de instalaciones cercanas y económicas. A nosotros nos gustaría que se realizara en el rocódromo actual, y que se contara con los usuarios para hacer algo que realmente merezca la pena.
¿En qué estáis trabajando actualmente de cara al desarrollo y mantenimiento del rocódromo? ¿Cuáles son las tareas que os ocupan ahora mismo? ¿Qué urgencias y necesidades existen?
En la actualidad, estamos con una campaña de recogida de fondos para invertir en resina y presas para seguir manteniendo la zona baja del rocódromo.
Hemos presentado ante la Junta una proposición urgente para poner un suelo decente ya que el que hay es de tierra compactada. No la han aprobado y estamos trabajando para poner nosotros algo de suelo que de seguridad y que nos han donado de una comunidad de vecinos.
Nuestra prioridad es luchar para que el rocódromo sea seguro y se pueda seguir usando.
Además del cuidado del rocódromo, ¿qué más proyectos surgen en el colectivo? ¿Se extiende la actividad más allá de la Cuña Verde?
Hemos organizado alguna actividad junto con Asociaciones de los barrios vecinos para dar a conocer la escalada y el rocódromo. Pero el mal estado no nos deja hacer grandes cosas.
Entre nuestros objetivos está el de ampliar las zonas de escalada en el Distrito y algunos/as han empezado a trabajar en un pequeño túnel. Pero, de momento, solo mantener lo que ya tenemos supone mucho volumen de trabajo.
¿Cómo os organizáis? ¿Cómo tomáis las decisiones?
Nos comunicamos diariamente vía online, y hacemos asambleas periódicas para organizarnos y tomar decisiones en conjunto.
Seguro que han surgido miles de anécdotas en ese rocódromo, ¿nos podéis contar alguna que sea confesable?
En verano, el ambiente es muy bueno y, ahora que hemos conseguido que vuelva a funcionar el foco, las veladas dan para mucho… Y si te pasas por la tarde, podrás ver a los críos que vienen del colegio resolviendo sus primeros bloques.
¿Cuál es vuestra perspectiva de futuro?
Sería importante conseguir que haya voluntad política para ejecutar lo que se ha aprobado. También que se vea al colectivo como una entidad que puede aportar, asesorar, etc.
¿Algo que os gustaría añadir?
Si, pensamos que es obligación de la administración ofrecer espacios seguros, cercanos y económicos para practicar tanto escalada como otros deportes. Y creemos que el rocódromo de la Cuña Verde sería ideal para cumplir con esa obligación si hubiera voluntad. Por ello, creemos que no tiene sentido crear una instalación, no destinar presupuesto para mantenerla, dejar que muera poco a poco y hacer oídos sordos a las peticiones de los/as deportistas. Esperamos que el trabajo del colectivo sirva para ejercer algo de presión en ese sentido y que el rocódromo de la Cuña Verde pueda convertirse en el proyecto que tanto deseamos: un lugar de encuentro y disfrute para los/as vecinos/as y la práctica segura de la escalada.