El himalayista Sergi Mingote nos cuenta cómo se enfrenta a la fase de reinicio, desde los primeros objetivos de entrenamiento al aire libre hasta la próxima expedición. Sin olvidar dar sugerencias sobre cómo preparar su cuerpo y mente para la próxima aventura en la montaña, cómo organizar un equipaje ultra ligero o una comida durante una expedición.
-Todo listo para reanudar la actividad, ¿Y tú? ¿Cómo te preparaste para este nuevo desafío?
Si, la verdad que empezamos a ver el final del túnel y eso es muy importante. Mi preparación ha sido bastante intensa, de hecho he bajado casi 2,5 kilos de peso controlando mi dieta y con dobles entrenos diarios. Me he enfocado en la resistencia por las mañanas, con sesiones sobre la bicicleta de spinning y la elíptica, y por las tardes los entrenamientos de fuerza, con ejercicios de peso libre y mucho CORE. Tengo la gran suerte de ser un deportista de alto nivel, becado en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona) y eso me da la posibilidad de tener la ayuda de entrenadores, nutricionistas, etc…
-¿Qué consejo quieres compartir con los atletas y entusiastas de la montaña?
Mi consejo es que sean pacientes y que tengan una actitud positiva ante esta situación. Ya queda menos tiempo para poder “levantarnos de nuevo” y ese es nuestro espíritu, las montañas están ahí y como siempre nos recibirán con los brazos abiertos. Muchos ánimos a tod@s!
– La montaña, nuestro patio de recreo. ¿Qué extrañaste más?
La libertad que siento en ella y la paz que me transmite. Cuando no puedes hacer eso que tanto te gusta por motivos tan graves como esta pandemia, te das cuenta de lo importante que es en tu vida, y aprendes a valorar las pequeñas cosas. Esta situación la hemos de ver como un nuevo aprendizaje.
-¿Cómo vas a reanudar tus entrenamientos al aire libre? ¿Con qué precauciones?
¡Comenzamos el sábado día 2 de mayo! Evidentemente mantendré todas las precauciones. Para mi no supondrá ningún problema entrenar solo, porque ya lo hacía de manera habitual. Ahora lo haré con mascarilla, y manteniendo los diez metros de separación con en resto de deportistas. Hemos de ser responsables y no ser egoístas pensando tan solo en nosotros.
-¿ Puedes sugerir una nueva rutina de entrenamiento?
Cuando podamos salir creo que tenemos que empezar de manera progresiva. Cada una ha de saber cuál es su punto de partida, y cuanto ha entrenado durante el confinamiento. No es prudente aumentar más de un 10% semanal el volumen de los entrenamientos ya que puedes caer en lesiones. Una rutina de 3-4 dias de entreno semanal para un aficionado a la montaña sería más que suficiente. Al principio es más importante volver a respirar aire puro y encontrar las sensaciones que no el rendimiento. ¡Toca disfrutar de nuestra libertad!
-¿ Qué desafío / expedición a las montañas has soñado en estos días de encierro?
He soñado, y entrenado muy duro cada día, pensando en continuar el 14×1000 Catalonia Project “Pirineus Barcelona 2030”. Ese en mi objetivo para los próximos dos años.
– Y ahora que parece que todo está comenzando de nuevo, ¿para qué aventura te estás preparando?
Si este virus me lo permite mi intención es volar a Pakistán a finales de junio para afrontar el Gasherbrum I (8.068 metros). Es el único ochomil que me falta por coronar en Pakistán. En julio de 2010 ascendí al Broad Peak y el K2, en julio del 2019 al Nanga Parbat y el K2 y este año espero acabar los ochomiles del Karakorum.
-Cuándo se va a una expedición, ¿Cómo preparas el equipaje? ¿Qué llevas contigo?
¡Soy muy planificado! Quizás demasiado. Lo extiendo todo sobre el suelo y empezando por las prendas de los pies y acabando por la cabeza voy llenando el petate. Es cierto que cada vez voy más y más ligero y con menos equipaje. Por eso he escogido la gama Trilogy de MILLET, que me aporta la calidad que busco en los materiales y la ligereza. Para mi 100 gramos son importantes y por eso peso cada pieza que cargo en mi mochila. He podido comprobar que con los nuevos productos de MILLET he rebajado el peso de mi material en más de dos kilos, y eso es muchísimo.
-¿Cuál es tu poder durante tus expediciones?
Creo que la ilusión y mi mente. El físico es algo que mucha gente puede tener con un buen entrenamiento, pero la capacidad de ilusionarse, montaña tras montaña, aun estando muy cansado no es tan fácil. Nuestro poder está en nuestra mente, y yo tengo muy claro que si lo puedo imaginar, lo puedo hacer. Soy feliz con mi profesión y eso es mi gran secreto.
-Escalada: ¿Con o sin oxígeno?
Sin duda, sin oxígeno. Para mi, hoy en día, no tendría sentido enfrentarme a la montaña de manera desigual. El oxígeno reduce a los ochomiles a montañas de seis mil metros y para mi, el reto deportivo está en luchar contra su altura y su exigencia. Sin la ayuda de O2 embotellado te enfrentas a la montaña cara a cara, sin ayudas, y eso lo hace todo mucho más difícil, pero muy más apasionante.
De todas maneras soy muy respetuoso con quien opta por utilizarlo, siempre que sea honesto, diga la verdad y no ensucie la montaña.
En estos tiempos de abatimiento y de confinamiento de estás encerrado, ¿ Qué imagen de todas tus aventuras te ayudaba para evadirte? ¿Nos lo puedes describir?
Ha habido muchos momentos, pero quizá escogería dos. El primero mi descenso “in extremis” del K2, donde vi la muerte muy cerca, y probablemente llegue al límite de mis capacidades. La segunda la travesía que realice al Polo Norte Magnético hace muchos años. Estábamos solos, casi confinados en días con 24h de sol y la solitud más extrema.