
Vivimos los ciudadanos en un estado permanente de incertidumbre, sin saber si las reglas que rigen nuestras vidas cuando nos levantamos serán las mismas que cuando nos acostemos. A ese estado de incertidumbre, los deportistas federados de la FEMPA tenemos que añadir el estado de estupor que nos producen las decisiones tomadas por los que nos gobiernan y el doble mensaje que transmiten. Los políticos nos piden arrimar el hombro, mientras decretan confinamientos perimetrales de las ciudades más pobladas de Asturias. Al mismo tiempo, la Federación de Montaña avala su tarjeta federativa como pasaporte sanitario para eludir ese confinamiento.
Mientras nuestro Presidente autonómico nos pide solidaridad y responsabilidad sacrificando nuestra movilidad, su Dirección General de Deportes da el visto bueno a la celebración del proceso de elecciones presenciales para la renovación de la Asamblea General de la FEMPA, y posterior elección del Presidente de la Federación. Esto es un sin vivir.
A las elecciones se presentan dos candidaturas:
La de la Junta Gestora, que controla el proceso electoral, encabezada por el Presidente Juan Rionda, que coincide con la política de la Dirección General de Deportes de celebrar elecciones a toda costa.
Por otro lado la candidatura alternativa que encabeza Manolo Taibo, que prefiere unas elecciones en un escenario más cuidadoso con la salud de sus deportistas.
Dos posiciones antagónicas. La de la candidatura del Presidente Rionda, con un fondo de armario en el que abundan los políticos bregados en muchos procesos electorales y que tiene acceso a las llaves que permiten tocar la moqueta del poder; que ha hecho de la desinformación su mejor baza electoral y que apuesta por la celebración de elecciones presenciales por encima de los mensajes de prudencia. Por ọtro lado, la candidatura de Manolo Taibo, una candidatura novata, sin contacto con la toma de decisiones, que apuesta por el aplazamiento y la posterior celebración de unas elecciones seguras, peleando para que no se le escape entre los dedos la oportunidad de cambiar el modus operandi de una Federación hierática y ausente.
Hemos convivido con dos campañas electorales con poco en común. Los aspirantes se han presentado a la partida con guantes blancos y las mangas arremangadas, confiando en que eso serviría para derrotar a unos jugadores profesionales que iban a la partida con las cartas marcadas. Los novatos teniendo que justificar a cada momento su derecho a jugar la partida, mientras los profesionales se dedicaban a hacer lo que mejor saben, dejar pasar el tiempo.
El tiempo ha pasado y lo que nuestros gobernantes anunciaban ha llegado como un Tsunami arrasador que amenaza con hacer lo previsible, llevarse por delante el proceso electoral. Durante este tiempo hemos visto como se establecían marcos legales que permitían confinar poblaciones enteras, pero parece que no ha sido posible establecer uno que permita unas elecciones seguras. De la Junta Gestora del Presidente Rionda, que se siente cómoda en la tecnología del correo postal y que todavía no ha descubierto que para que funcione la tecnología telefónica es necesario descolgar el teléfono, no esperaba una apuesta por intentar el voto telemático.
Pero en pleno Siglo XXI si lo esperaba de la Dirección General de Deportes.
Así pues se convoca a votar presencialmente a 5.800 deportistas de toda Asturias, a una ciudad como Oviedo confinada por ṃotivos sanitarios, en un espacio temporal de cuatro horas y en unas instalaciones cerradas. Está bien, los deportistas de montaña somos gente recia; acudiremos a votar imprimiendo un pasaporte sanitario que nos sirva para sortear el confinamiento perimetral de la capital y que han colgado en la web de ḷa FEMPA. Una web en la que no se han colgado las papeletas en las cuales hay que elegir y marcar 70 deportistas. Esto habría facilitado llevar los deberes hechos de casa, disminuyendo el riesgo de exposición al contagio, ayudando de esta forma a cumplir con las recomendaciones de nuestros gobernantes.
5800 deportistas convocados a votar en estas elecciones son una buena cifra para la Dirección General de Deportes. Sorprende que para celebrar una prueba deportiva al aire libre, el número máximo permitido de estos mismos deportistas sólo sea de 150. Estimados lectores, si el estupor de los votantes es grande, imaginen el de los profesionales que tienen su forma de vida ligada a la celebración de unos eventos deportivos ahora proscritos.
Ha sido un fin de semana de emociones intensas. He pasado de la admiración por el Alcalde de Villaviciosa, que entendió la política como «el arte» de gobernar y pidió a sus vecinos que no acudiesen a presenciar en directo la Salida de la etapa reina de La Vuelta a España, al estupor con la Directora General de Deportes por una decisión que conseguía «helarte». La importancia de una h.
Ahora nos toca elegir entre lo correcto y lo que conviene, mientras añoramos en nuestras instituciones más gente como aquel Jefe de Sala del 112 que recordaba a unos imprudentes que ya somos mayorinos.
Mucha suerte a todos, la vamos a necesitar.

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