
El próximo Lunes día 9 de Enero los montañeros estamos convocados a votar en la repetición del proceso electoral anulado por la Junta Electoral Autonómica y los Tribunales de Justicia.
La situación de interinidad, de inmovilidad, de falta de información y transparencia que se han vivido durante estos dos años han sido uno de los episodios más oscuros en la historia de esta Federación.
Así que nos encontramos con que el expresidente Rionda, después de más de 20 años al frente de la Federación, deja como herencia una Federación partida por la mitad, enfrentada entre sí y a su hermana la Federación Española. Su encono en seguir participando en la toma de decisiones al formar parte de una de las candidaturas, hace más difícil aún una paz federativa que sería la mejor noticia para todos los federados.
Durante todos estos años la Junta saliente del Sr. Rionda ha basado su discurso en presumir de haber salvado a la FEMPA de su desaparición y de haberla saneado económicamente.
La realidad es otra, la realidad es que a la FEMPA la salvó de su desaparición el dinero que aportó durante dos años la Dirección General de Deportes, con un concierto firmado con la FEMPA por el desaparecido Misael Fernández Porrón, que se encargó de conseguir el dinero que cerraba el agujero en las arcas de la Federación. Eso y la suma del esfuerzo de todos los federados asturianos, que durante muchísimos años hemos pagado las licencias más caras de España.
El supuesto éxito económico en realidad es la constatación del fracaso del proyecto deportivo de la Federación. Presumir de tener mucho dinero en la cuenta del banco sólo puede significar que no has sido capaz de gastar el dinero presupuestado para la formación deportiva y el mantenimiento de las instalaciones, o también que has hecho pagar mucho dinero de más a tus federados. Aunque el mensaje deportivo es bastante pobre, sí hay que reconocerles el éxito comercial, porqué han conseguido que haya gente que esté conforme con que le hayan vaciado sus bolsillos.
No todo ha sido malo en este proceso de repetición electoral. Hay que agradecer a la candidatura de Irene Ribelles y Somos FEMPA el hecho de dar un paso al frente y que hubiese elecciones. Sin elecciones no habría existido una sentencia que impide al Sr. Rionda seguir presidiendo la FEMPA, y que su vicepresidente vitalicio el Sr. Alba tuviese que abandonar su candidatura en silencio y por la puerta de atrás, presuntamente arrinconado por una inhabilitación que le impediría formar parte de la Asamblea General y la Junta Directiva. Así que sea cual sea el resultado de las próximas elecciones, uno de los objetivos que era el relevo en la presidencia está asegurado. Ahora queda rematar la faena y que la gente acuda a votar y escoger el proyecto de federación que más confianza le inspire.
La anulación de las elecciones y la posterior sonrojante sentencia de los juzgados, hay que leerla, debería haber servido como punto de inflexión, debería haber sido una oportunidad para que se cediese paso a otras formas de dirigir el proceso electoral y convertirlo en algo más transparente y respetuoso. Oportunidad perdida. La realidad es que las primeras decisiones de la Junta Gestora del Sr. Rionda, ya auguraban que eso no iba a suceder.
La Junta Gestora premió a la Comisión Electoral que dirigió el proceso electoral anulado por ser poco democrático y transparente, renovandole su confianza y encargandole dirigir nuevamente el proceso electoral que los tribunales obligaron a repetir. Cualquiera podría pensar que otorgar esa responsabilidad a una Comisión sentenciada por la Junta Electoral Autonómica y los Tribunales de Justicia, repudiada por la candidatura renovadora de Irene Ribelles, y en cambio bendecida por la candidatura continuista de la que forma parte el expresidente Rionda, estaría bastante alejado de lo que se considera una decisión imparcial.
Pero llegados a este punto esperar de la Junta Gestora que fuesen imparciales o en su defecto el disimular serlo, ya sería demasiado esperar. Para lo que me queda en el Convento…
El segundo episodio lamentable de este proceso es el galimatías de los nombres de las candidaturas.
Durante el anterior proceso electoral que fue anulado, y también durante la presente repetición, la candidatura renovadora de Irene Ribelles siempre se cobijó bajo el nombre de Somos FEMPA. La candidatura del expresidente Rionda en las anteriores elecciones se denominaba Nos Encanta La Montaña. Esta última candidatura que ahora encabeza Tensi Carmona, en el actual proceso de repetición ha creído que la mejor opción era cambiar de nombre y pasar a llamarse Tod@s Somos FEMPA, con la evidente confusión que causa en los federados a la hora de diferenciar correctamente las dos candidaturas. Es como si a unas elecciones municipales alguien presentase una candidatura bajo el nombre de PASOE, resultaría difícilmente justificable. Es más que evidente que por mucho que se incluya una moderna @, el nombre de Tod@s Somos Fempa denota una anticuada forma de encarar unas elecciones, formas propias de tiempos lejanos, de conseguidores de votos, sin importar cómo llegan estos a depositarse en la urna. Denota también una más que evidente gana de hacer la puñeta a los que llevaban usando ese nombre desde el comienzo de todo el proceso electoral, y esa confusión es así mismo una falta de respeto a todos los federados. A mi modo de ver, lo más lamentable es la confusión creada, ya que sólo puede propiciar que se depositen votos que vayan en contra de la voluntad del votante, y no se me ocurre nada menos ético y más ilegítimo en democracia que un voto conseguido por la confusión.
A estas alturas es de perogrullo resaltar que nadie escoge para su candidatura un nombre que lo pueda perjudicar, si lo escoge es para sacar beneficio.
Así pues, después de un proceso que continúa en la línea del anterior, con actuaciones cuando menos reprobables, y con decisiones que aparentemente sólo pretende desanimar a los federados a que hagan uso de su derecho al voto, como el abusivo costo del precio del voto por correo y la mala gestión del mismo, nos acercamos al 9 de Enero con la incertidumbre de saber si con el fin del proceso electoral se cerrará también una forma de dirigir una Federación basada en el conmigo o contra mi, y si ambas candidaturas podrán renunciar a la herencia del señor Rionda y su federación partida en dos.
Queda por saber si por fin la Federación saliente de estas elecciones será una FEMPA generosa con los intereses de todos y leal con las instituciones.
El escenario ideal era otro, hubiese sido ir a votar dos candidaturas con caras totalmente nuevas, pero para eso habría sido necesaria la coherencia de saber apartarse por parte de todos los que han cumplido un ciclo de 20 años en la institución, o nuestra valentía a la hora de dar un paso al frente y estar dispuestos a regalar tiempo y trabajo, y a poner el llombu aguantando la crítica cuando algo no gusta. Así que por esa parte no queda más que respetar la decisión de los que dan un paso al frente, aunque todos no sean de nuestro agrado y sus motivos e intereses nos despierten desconfianza.
La necesidad de ambas candidaturas de sumar votos les ha hecho cargar con alforjas que ya habían cumplido sobradamente con su tiempo en la Federación. Pero así funcionan las cosas, los paraísos idílicos no existen con una urna de por medio.
Tampoco todo son lastres, ambas candidaturas tienen gente muy sólida, gente fiable, trabajadora y con mucho que aportar a la Federación. Sean cuales sean nuestras preferencias sería una estupidez no valorar lo que pueden aportar gente como Erik Pérez o Salvi Muñoz por poner solamente un ejemplo. Esperemos que toda esa savia nueva que forma parte de las candidaturas sea la que marque el devenir futuro de la FEMPA.
Sólo podremos saberlo acudiendo a votar, defendiendo el modelo elegido y respetando el resultado si el proceso se desarrolla con arreglo a la legalidad, dando ejemplo respetando a la institución saliente, no como ha hecho la Junta Gestora de la Fempa con su Federación hermana la FEDME. Ojo, eso también incluye el derecho a discrepar y a que se respete ese derecho. Será un signo de madurez democrática.
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